Nadia Muela Ya no estudié, no había dinero. Todos teníamos que trabajar en algo para ayudarle a mi papá con el gasto. No había de otra. A veces no teníamos ni qué comer, no había con qué alimentar nuestros cuerpos, y la rabia, el miedo y la impotencia tampoco nos ayudaban a alimentar nuestros espíritus.