Este es el décimo sexto largometraje del galo Luc Besson que inició su carrera cinematográfica como director con la cinta The Last Battle (1983), en blanco y negro, sin dialogo y con un estilo a lo Mad Max. Ahora, en este filme nos trae de nueva cuenta a una femme bella y sensual como en su momento lo hizo en cintas como Nikita (1990) o Angel-A (2005), sólo que en esta ocasión la protagonista no es una sicaria o un ángel caído, ahora es una mujer que puede controlar el 100% de su capacidad cerebral, me refiero a Lucy.

La premisa del largometraje es la siguiente Lucy y su novio ubicados en Taipei, discuten sobre la entrega de un maletín; su novio quien en un momento de descuido esposa a Lucy al maletín le obliga a entrar al hotel donde se dará dicha entrega. Tras ser capturada, la protagonista es interrogada por Mr. Jang (Min Sik, Choi) y obligada a participar en una misión de contrabando la cual tiene como objetivo transportar una nueva droga sintética llamada CPH4; ésta ha sido insertada dentro del estómago de Lucy, pero tras un pequeño altercado la bolsa de droga en el interior de su cuerpo se rompe lo cual le provoca una evolución esporádica en su organismo corporal el cual le permitirá aumentar la capacidad de uso cerebral hasta llegar al 100 por ciento.

En algún momento de la cinta Morgan Freeman, quien personifica a un académico universitario que lleva trabajando cerca de 20 años la hipótesis del uso potencial del cerebro humano entabla una conversación con Lucy, que acerca de dichos estudios le dice “Es rudimentario pero va por buen camino”; lo mismo podemos decir la cinta en su conjunto; se vuelve un ensayo sumamente loable pero las fallas en el guion y en la edición –recurrentes en los trabajos de Besson- hacen que lo más divertido de la película sean las secuencias de acción en las calles parisinas.

Los paralelismos con la naturaleza, con el entorno, -las imágenes documentales de animales en distintas situaciones-  intentan subir de tono a la cinta, hacerla un tanto pensante, llenarla de fondo y no sólo hacerla ver como una cinta comercial; Lucy –nombre del primer homínido bípedo del que se tenga registro perteneciente a la especie australopitecus afarensis- es en la cinta de Besson el  ser más avanzado. El auto conocimiento cerebral, la hipersensibilidad auditiva, la manipulación del tiempo y el espacio son algunos de los elementos que hacen de Lucy un dios en la tierra –basta recordar la escena referencial al fresco La creación de Adán de Miguel Ángel-. Sin embargo todas esas referencias e ideas sobre el significado de la vida y el propósito humano quedan fuera de sustento ya que  la cinta deja una conclusión un tanto escueta. Pareciese que a Luc Besson se le escapó de las manos su propia creación.

Scarlett Johansson en el 2013 protagonizó la fastuosa Under the skin en donde nos mostraba su mejor registro actoral desde Lost In translation (2004). Bien, en este largometraje la neoyorquina nos queda a deber; sus ojos desorbitados en gran parte de la película intentan dar la impresión de desorientación  a causa de la evolución esporádica; sin embargo lo anterior no se logra y la película es más una vitrina de lucimiento para la belleza de  Johasson –ninguna objeción tengo ante eso-  pero cuando se tiene una seguidilla de trabajos fílmicos en donde su registro es bueno como en  El Captain América: The Winter soldier, donde no lo hace nada mal, o Don Jon’s Adicction en donde su papel a lo Jersey Shore luce por la escases  intelectual; nos hacía pensar que su actuación sería mayor; como lo fue en la ya mencionada Under the skin; en ese rubro queda también expuesto Besson que no logra sacar provecho de Johansson.

En su conjunto la cinta es entretenida como lo son la mayoría de las cintas de Besson; tiene una banda sonora que agrada al oído en donde los sonidos electrónicos en secuencias como la del escape del quirófano parisino son sumamente agradables. Las ideas del mal uso cerebral y la apropiación de  supuestos que nos limitan –como son las cosas materiales y en donde al humano le interesa más tener que ser- intentan ser un punto reflexión en el espectador; desgraciadamente la película en su final, como ya lo dije, no logra ser homogénea. La cinta es sumamente entretenida pero se diluye.