El 27 de agosto de 1991, fue lanzado TEN, uno de los debuts más maduros, consistentes y míticos del rock. Quienes en su momento fueran integrantes de proyectos como Green River o Mother Love Bone, luego del fallecimiento de su frontman, Andy Wood, recibieron entre sus filas a Eddie Vedder, un talentoso e introvertido chavito recién llegado de la ciudad de Chicago.

Veo a Pearl Jam como la sonrisa de una tragedia: su origen fue la muerte, la sordidez, la desolación, el final, sin embargo, una voz inyectó la adrenalina necesaria para resucitar y resurgir en reinvención.

La presencia de Vedder, significó y significa para Pearl Jam (proyecto que en un principio iba a llevar por nombre Mookie Blaylook) mucho más que otorgarle voz la banda, fue además, el pilar sobre el que se erigieron las canciones del primer disco, puesto que fue él mismo quien se encargó de ponerles letra y además, le imprimió una nueva atmósfera a las melodías  y amalgamó su sentimiento, al sonido que el resto de los integrantes estaban proyectando y el resultado, fue pasional y natural.

La voz de Eddie Vedder, se convirtió incluso, en uno de los más distintivos rasgos del grunge, tanto así, que en los noventa y todavía a principios de la siguiente década, sus imitadores brotaban como salpullido en la piel de un rock intoxicado consigo mismo. La voz de Vedder, emotiva, abrazadora, intensa y a la vez gruñona y absolutamente rockera, recogió en su eco, la atracción, la empatía, el frenesí y el dolor de gran parte de una generación.

¿Se trata Ten, meramente de un primer disco? Si bien es cierto que es la primera grabación de PJ, es sabido también que Mike McCready (guitarra), Jeff Ament (bajo), Stone Gossard (guitarra) y Dave Krusen (batería), no eran ningunos principiantes y ya tenían un importante camino recorrido desde los años ochenta. Se trataba más bien de unos jóvenes veteranos, que contaban con una maravillosa combinación de la energía que traía aparejada su juventud, y de la madurez que les había otorgado la experiencia.

Fue quizá por eso, que su primera entrega de estudio, puede colocarse, musicalmente hablando, por encima de las de sus colegas de Soundgarden e incluso, Nirvana. En el aspecto sonoro, diferían también de algunos de sus congéneres. Menos dados al punk, y su densidad, no llegaba tampoco a coquetear con el metal. Hard rock, en todo caso pero al final, ¡al carajo con las etiquetas! Al final, ¿qué es el grunge si cada banda traía su propio viaje? Rock y punto. Formaban todos ellos parte de un movimiento generacional, pero el sonido, eso era cuento aparte. A esas alturas, lo era.

Tanto así que luego de aquél debut que les trajo éxito multitudinario y que fue una obra sin fisuras, Pearl Jam tuvo el valor de ir mutando su sonido con los años. Luego vinieron otros discos grunge pero a finales de la década de los noventa, empezaron a sonar diferente, a tener altibajos y reponerse de los mismos, convirtiéndose con ello, en una de las bandas más insistentes y (¿por qué no?) honestas de la escena.

En lo que respecta al grunge, creo que Ten, queda como una de las entregas más redondas, estructuradas, transparentes y transmisoras del movimiento.

A 23 años de aquél lanzamiento, el disco sigue sonando fresco y actual, sigue sacudiendo cráneos y lo mismo, acaricia que rasguña fibras sensibles en el escucha. Una obra que sin ser demasiado pretenciosa, llego a niveles exorbitantes; rockera en un sentido puro.

Vinieron después, más trabajos grunge: Vs, Vitalogy, el compendio que fue No Code y después, Yield, para luego, encaminar su sonido hacia otros rumbos. Ten no fue el único gran golpe de Pearl Jam pero sí se trató de un álbum que le trajo un lugar definitivo a la banda y que fue parte clave, de uno de los últimos (¿o el último?) gran movimiento dentro del rock hasta ahora.

CONTINUARÁ…