[dropcap]H[/dropcap]istórico, es la palabra que puede describir a lo que realizó la Selección Mexicana de futbol varonil, al ganar por primera ocasión la medalla de oro en Juegos Olímpicos.

El logro puede resaltarse aún más si tomamos en cuenta que al rival al que se venció fue al siempre poderoso Brasil.

El escenario era inmejorable, pues la mítica cancha de Wembley y más de 86 mil aficionados fueron testigos de la hazaña que lograron 18 guerreros aztecas que fueron comandados por Luis Fernando Tena.

El Tri olímpico llegó a Londres 2012 dejando serias dudas por su intermitente accionar durante los partidos amistosos.

Sin embargo, durante el torneo olímpico fue de menos a más llegando a su tope máximo en el momento justo para dejarlo claro a Brasil que el oro le pertenecía a México.

Un inspirado Oribe Peralta decidió cargar con el equipo al hombre y ser el artífice de la victoria azteca por 2-1 sobre un equipo que cuesta más de 350 millones de euros gracias a sus individuales.

Tal situación no le importó a los de Luis Fernando Tena, quienes demostraron que en el futbol moderno lo que importa es el juego de conjunto.

La selección de Mano Menezes se enfrentó a un verdadero equipo y se dio cuenta que su realidad era muy distinta a lo que reflejaban loa resultados.

Gabón, Suiza, Senegal, Japón y Brasil fueron las víctimas del Tri en un torneo en el que sólo Corea del Sur le pudo arrebatar un empate.

Consciente de era uno de los refuerzos, Jesús Corona se convirtió en el hombre clave del equipo para obtener el oro.

Con este triunfo histórico, la Selección Mexicana comienza a acostumbrar a una nación apasionada del triunfo a disfrutar de las victorias en los torneos más importantes.