Anoche Los Espíritus dieron su primer concierto en México. La cita fue en el bar Dobermann, un viejo conocido de Maxi Prietto, líder con Santiago Moraes de esta banda de blues y rock cósmico. Desde las 6 ya esperábamos con caguamas servidas en vasitos de plástico y bolsas de Friturinas con salsa. La música de espera a tope y algunos gritos de salvajes parroquianos. Sobre las 6 entraron Prietto y
Santiago con Miguel Mactas, guitarrista,
Martin Fernandez Batmalle y Fer Barrey, percusionista. Montaron y ecualizaron entre trago y trago de la birra  comunitaria. Para afinar, unos cuantos acordes de “La Crecida”.

Ultramandaco fueron los encargados de abrir la calurosa noche de rock. Se dispararon media hora de sus mejores temas. Pasadas las 9 y con un hervir de peticiones para Prietto (“Verano fatal”, “Avenida Corrientes” e incluso “Divagando en el salón cósmico”) arrancaron Los Espíritus.

El baile empezó con “La mina de huesos”, del discazo Los Espíritus, primer LP de la banda. Saludaron y agradecieron para seguirse con la invasión de rock de “La crecida”, primer tema de su nueva producción Gratitud.

“Buenas noches, somos Los Espíritus” presentó Santiago.

Y se arrancaron con “Perro viejo”. Casi en seguida se escucharon los acordes mágicos de “Los desamparados” y en cada galaxia había una mañana abriéndose mientras nos elevábamos con las guitarras de Maxi Prietto y Miguel Mactas. Al grito de “Venga, Prietto” seguimos viaje con “Jesús rima con cruz”. El bajo guio entonces hasta que las guitarras enloquecieron con “El gato”, como para no volver a pisar suelo jamás. Santiago agradeció al batería, Rodrigo. “Aguante”, le dijo. Y siguió el baile con “Las sirenas” para después darle paso a “El blues”. Y el blues siguió con “Negro chico”, sopor, calor de blues, guitarras y alucinaciones de bajo de la mano de MFB. Aplaudimos hasta el último aliento. “No saben el quilombo que es venir de Argentina hasta acá” confesó Prietto, “Es un placer”.

El concierto cerró con “Lo echaron del bar” seguida por “Noches de verano”, y todo era baile y era rock y las gargantas se acababan acompañando los coros.

El portento de encore fue “Vamos a la luna”, con su coro “el amor puede llegar si nuestros corazones se encuentran en paz” coreado a capela por un público febril.
La gira sigue esta noche en el Studio 803 en Puebla, sábado 21 en el Festival Marvin, domingo 22 con una noche acústica con Prietto en el Caradura del DF y el sábado 28 nuevamente Los Espíritus en  DF, en Bajo Circuito, para cerrar el 29 en Doppler bar en Texcoco.