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6 octubre, / Kinotecnia

SEXPLOTATION O LAS TRAMPAS DE HOLLYWOOD

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Después de la Segunda Guerra Mundial, Hollywood entró en crisis. El cese de los conflictos frontales de las potencias implicó la suspensión de la competencia propagandística (nótense las películas anti nazi que hizo Walt Disney), las carreras activas de sus grandes nombres estaban terminando, los grandes estudios —al perder una demanda antimonopolio en 1948— fueron obligados a vender sus filiales y la popularidad de la televisión amenazaba con dejar desiertas las salas.

La respuesta hollywoodense fue la espectacularidad: el recurso al género épico, el uso del widescreen, el technicolor, los efectos especiales y el cinemascope fueron las armas para regresar a las masas a la butaca. El resultado de esta impronta fue la nueva generación de directores y sus superproducciones: Spielberg, Coppola, Lucas, etcétera.

La espectacularidad no fue sólo técnica, sino mercadológica: comenzó la era de las producciones seriadas, los remakes, las adaptaciones de libros famosos y las campañas de distribución que colocaban a la película como un evento más de un gran conglomerado comercial (que incluía adaptaciones al teatro, venta de soundtracks, de juguetes, de videojuegos.

Este esquema sigue rigiendo hasta el día de hoy las producciones hollywoodenses.

Este esquema, que salvó a los grandes estudios de la quiebra, fue copiado del explotation de los cincuentas y setentas.

El explotation denomina películas que surgieron en los años cincuenta con presupuestos ínfimos, actores y directores desconocidos y, muchas veces, una factura técnica y narrativa deficiente.

 

No es un género, sino un tipo de producción de cine, cuya característica más sobresaliente es el uso de un “gancho” mercadológico que permita la mayor ganancia con la menor inversión, es un elemento con posibilidad de venta comprobada en un sector de la población. Existe el blaxsplotation (se explota la cultura afroamericana), el nunsplotation (las monjas), el drugsplotation (drogas), el carsplotation (automóviles), y un enorme etcétera.

El cine de explotación tenía su eje de publicidad en ese gancho, aunque la película no trate directamente de ello. Es la excusa que permitirá crear carteles, secuelas, trailers escandalosos y una campaña de publicidad, sino falsa, muchas veces bastante desconcertante en cuanto al producto fílmico.

Una de las películas de este ciclo, Thriller, fue comercializada como “la película más violenta y malvada jamás hecha” (sin negar que sea una gran película, el nivel de violencia no se compara, por ejemplo, con Freaks o A Serbian Film); Zombi 2, de Fulci, no es una continuación, sino que su nombre “de secuela” está dado porque The night of the living dead, de Romero, fue comercializada en Italia como Zombi. El tagline de Blackula fue “Deadlier than Dracula”.

Hay que repetirlo: el explotation no es un género, sino un dispositivo de mercadotecnia. Que se clasifique bajo el mismo lente tanto a un giallo de Mario Bava como a un filme camp de Russ Meyer tiene que ver menos con una conexión estricta entre las películas que con la necesidad que se tiene de pensar el pasado como un bloque sin fisuras (como cuando se piensa la Edad Media) y con una estrategia de descrédito por parte de la academia hollywoodense.

El sentido de agrupar cuatro producciones que poco tienen en común en su momento de aparición (una es estadounidense, otra sueca, la que sigue italo-americana y la última francesa) y de catalogarlas como sexplotation es indicar el tipo de gancho que utilizan: la sexualidad y, en específico, el cuerpo de la mujer.

Estas películas, de alguna manera u otra, comercian y objetivan a la mujer, la reducen a una cara o un par de pechos. Las escenas de sexo y topless son innecesarias para la trama; aparecen no para avanzar la historia sino para impactar y engañar, de alguna manera, al espectador e ignorar la mala factura o la deficiencia de la historia. Si Uschi Digard sale sin ropa durante quince minutos, uno tiende a olvidar la falta de coherencia en las películas de Russ Meyer. Si hay suficiente gore en una película de Hershel Gordon Lewis, uno cree que el dinero pagado fue buena inversión.

Estas películas son obvias. No intentan enmascarar su falta de valores de producción ni su trato hacia el sexo femenino. Son misóginas, violentas sin justificación, homofóbicas, y todos los pecados políticamente incorrectos que se les pueda adjudicar. Pero, a partir de estos defectos, es posible utilizarlas como una fotografía en alto contraste para analizar el cine actual de las grandes productoras. Porque Hollywood —con todos sus esfuerzos para ignorar este tipo de cine, de descalificarlo como basura— es también explotation.

Sólo hay que revisar cuántos remakes de películas de los cincuentas, sesentas y setentas se han hecho en los últimos años (Evil Dead, Last House on the Left, Total Recall), cuántas películas se crean como series (The Lord of the Rings, Pirates of the Caribbean, las últimas superproducciones de Marvel), cuántos reboots (Prometeus, Rise of the Planet of the Apes), para darse cuenta de que las grandes casas productoras californianas han dejado de confiar en nuevas ideas y explotan nichos de mercado ya seguros. Y, sobre todo, para darse cuenta de que siguen utilizando ganchos mercadológicos típicos del explotation.

La diferencia es que Hollywood quiere ser políticamente correcto, y oculta las deficiencias del explotation con la espectacularidad. Los hoyos narrativos, los personajes mal construidos o la edición caótica es mucho más difícil de identificar en Teenage Mutant Ninja Turtles (la última versión) o Transformers que en The toxic avenger. En el caso del sexo (sexplotation), las superproducciones tienden a edulcorar el uso de la mujer como un objeto, pero basta con analizar un poco los planos y las historias para detectar que Scarlett Johanson sale con pantalones ultra ajustados (casi como si fuera coincidencia) durante toda Avengers o que mucho tiempo de cámara de Anne Hathaway, en The Dark Knight Rises, se centra en la forma en que monta la batimoto.

“El sexplotation o las trampas de Hollywood” es el título que elegimos para el ciclo de octubre porque creemos que, a partir de la visión de estas películas, es posible crear una radiografía de los engaños del cine comercial actual. A partir del cinismo del sexplotation de los setentas, se abre la posibilidad de desvelar la mojigatería de Hollywood, que se niega a aceptar (porque eso les haría perder mercado) la objetivación del cuerpo de la mujer que carga entre líneas.

Y otra vez, Hollywood es explotation, pero es actionsplotation, jewsplotation, slavesplotation, politicalcorrectnessxplotation, softromancexplotaion y sexplotation en su forma más voluble.

 

I.
7 de octubre
20 horas
SUPERVIXENS
Dir. Russ Meyer

EE.UU., 1975, 106 min.
Sinopsis: Clint trabaja en una gasolinera y tiene un irresistible atractivo para las mujeres. Está casado con la explosiva y celosa SuperAngel, con la que mantiene continuas discusiones y peleas. Tras el asesinato de Superángel, todas las sospechas recaen sobre él. Emprenderá entonces una loca huida por el desierto americano, durante la que se verá acosado por numerosas jóvenes deseosas de hacerle gozar de sus encantos. Un film de culto en el que el fanático de las mujeres con grandes pechos, Russ Meyer, escribe, fotografía, edita, produce y dirige. (Tomado de Filmaffinity)

 

II.
14 de octubre
20 horas
THRILLER: UNA PELÍCULA CRUEL (Thriller – en grym film)
Dir. Bo Arne Vibenius (como Alex Fridolinski)

Suecia, 1973, 104 min.
Sinopsis: Una chica muda (Christina Lindberg, estrella del cine porno sueco) es secuestrada, drogada y obligada a trabajar como prostituta en un burdel. Cuando ella se niega a cumplir los deseos de un cliente, su cruel administrador le vacía un ojo. Cuando ella por fin escapa del burdel, regresa a casa, pero descubre que sus padres han muerto. Llena de ira, jura venganza, para lo cual estudia artes marciales y se surte de armas de fuego. Polémica cinta por su violencia y sexo explícito cuya exhibición estuvo prohibida en varios países. (Toamdo de Filmaffinity)

 

III.
21 de octubre
20 horas
EL VIOLADOR DE NUEVA YORK (Lo squartatore di New York)
Dir. Lucio Fulci

Italia, 1982, 91 min.
Sinopsis: Un asesino que habla como un pato, ronda por Nueva York asesinando mujeres de varias formas grotescas. El detective Jack Headly se empleará a fondo para intentar cazarlo.

 

IV.
28 de octubre
20 horas
LA BESTIA (La bête)
Dir. Walerian Borowczyk

Francia, 1975, 93 min.
Sinopsis: Una familia de la nobleza con problemas económicos espera ansiosa la llegada de Lucy Broadhurst, hija de un rico burgués. La boda de Lucy con el heredero de la familia, el excéntrico Mathurin, podría ayudarles a mejorar su situación. Cuando la chica llega al hogar de los aristócratas, se obsesiona con la historia de Romilda de l’Esperance, una antepasada de su futuro esposo. Según las habladurías, Romilda había mantenido relaciones sexuales con una misteriosa bestia que se escondía en los bosques cercanos a la mansión. (Tomado de Filmaffinity)

Foro Hilvana. Colima 378, altos, colonia Roma Norte. Casi esquina con Salamanca. Metro Sevilla.

Cooperación sugerida por proyección: $10.
Abono del ciclo: $30.
Acceso al foro: 19:30 horas.
Inicio de la películas. 20 horas

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