Dejemos que las cosas fluyan y si acaso el destino está escrito, permitámosle hacernos el amor. Todavía en pie, sangre viva, un cuchillo de cocina, su propia mano. Así fue encontrado, por su novia, Elliott, aun respirando, en su departamento en Los Angeles. Los diez años anteriores, Elliott Smith se había dedicado a dejarle al