Yo todavía creo en lo imposible…

¿Y cómo no? Con la bellísima arquitectura que nos heredó Zaha Hadid, sus obras son icónicas e imposibles de pasar por alto, desafiantes y sugerentes, con tan sinuosas curvas y aunque en varias ocasiones declaró tener un “desamor por el ángulo recto” en algunas de sus obras podemos percibir líneas de geometría impecable.

Hadid nació en Bagdad, Irak en 1950, realizó estudios en matemáticas en la Universidad Americana de Beirut, en 1977 se graduó de arquitectura en la Asociación de Arquitectura en Londres donde desarrolló su carrera.

Como excelente alumna no es de sorprendernos que un par de profesores, Elia Zenghelis y Rem Koolhaas apostaran por ella y decidieran hacerla socia de su firma en el despacho de arquitectura “Office for Metropolitan Architecture” instalado en Londres, un par de años más tarde Zaha Hadid se establece en su propio estudio en el cual desarrolló sus más grandes obras.

Parte importante de su carrera fue la docencia; dio clases en la universidad que la vio nacer. Me gusta imaginar que sus pasos a las aulas eran igual de emocionantes que cuando era alumna, si no es que hasta un poco más.

Durante esta primera etapa de docencia dividía su agenda entre clases y sus proyectos arquitectónicos, donde sin miedo apostando a su talento y a sabiendas de que podía ofrecer, participaba continuamente en concursos internacionales de arquitectura, de los cuales llegaron oportunidades importantes como  “The Peak Club” en el año de 1983 en Hong Kong, China  y en 1986 emergió de la selva de concreto el edificio de oficinas “Kurfürstendamm” en Berlín, Alemania.

Esta obra la considero la antesala de la definición de su característico ADN arquitectónico de volúmenes delgados y livianos,  con formas  angulosas que giran alrededor de centros excéntricos en conjunto unificados con juegos de luz que juegan con la integración de sus edificios con el paisaje.

En la segunda etapa de docencia y ya con una firma reconocida decide dejar la dirección de su estudio para formar parte del equipo de académicos de las más prestigiosas facultades de artes y arquitectura, como los es la Universidad de Harvard donde dio la cátedra “Kenzo Tange”, en la Universidad de Illinois, Chicago impartió  la cátedra “Sullivan” y en la Universidad de Yale fue profesora visitante en la cátedra “Ecro Saarinen” se adjuntan a su curriculum clases en la Universidad de Artes Aplicadas en Viena y en la Hochschule für Bildende Künste de Hamburgo.

El deconstructivismo fue sin duda una de las grandes pasiones de Zaha, la deconstrucción es método de análisis asociado a la crítica literaria y postulado por primera vez por el filosofo francés Jaques Derrida en los años sesenta, llevado a planos arquitectónicos en los ochentas se uso para demostrar que la obra creativa está sujeta a diversas interpretaciones,  su contenido es ambiguo, lo que a su vez mina su lógica.

Una obra que debió llenar de brillo los ojos de Zaha al momento de proyectarla seguro fue “Vitra Fire Station” considerada una obra maestra en donde todos los efectos ópticos de sus bocetos se vuelven realidad.

Otra faceta importante de su carrera fue la de los proyectos asociados a museos en 1998 gana un concurso en el que colaboró Patrik Schumacher, el jurado decide darle el triunfo a Zaha Hadid por la creativa disposición de diagonales cruzadas y alineadas entre sí, en las que se transforma la horizontalidad inicial de las diagonales en un edificio vertical, que es abrazado por el fluir urbano que lo rodea. Este proyecto es conocido como “MAXXI: Museo de las Artes del Siglo XXI” en 1999 presentó en Madrid proyectos de ampliación del Centro de Arte Reina Sofía y del Museo de las Colecciones Reales, los cuales resultaron ganadores.

La década del 2000 llega para Zaha Hadid una oleada de importantes reconocimientos de los cuales destacan en 2003 el “Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea – Mies van der Rohe” por el proyecto de la terminal del Strasbourg Tramway y el estacionamiento en Hoenheim en Francia.

En 2004 gana el prestigioso “Premio Pritzker” convirtiéndose en la primera mujer a la que se le otorgó este reconocimiento. El jurado definió su estilo como “geometría fragmentada y movilidad fluida” enunciando que “ha refinado cautelosa y pacientemente un vocabulario que marca nuevos límites en el arte de la arquitectura”. El jurado aquella ocasión fue presidido por Lord Rothschild, Frank Gehry,  Ada Louise Huxtable y Jorge Silvetti, concluyeron que Zaha Hadid “muestra su audacia en cada nuevo proyecto que afronta y su originalidad no tiene fin”.

El costarricense Carlos Jiménez otro integrante del jurado, señaló  que los diseños de Hadid “se distinguen por una exuberancia gráfica y formal imposible de igualar”. Coincidieron que presentaba sus proyectos como pinturas que enfatizan planos rotos y coloridos.

En cuanto a diseño uno de sus trabajos más afamados fue el trabajo de muebles e interiorismo del Hotel Puerta de América en Madrid, donde las formas curvadas y el color blanco como protagonista, surgen como una propuesta futurista que invade cada rincón de la primera planta de este hotel, convirtiendo cada habitación en objetos del deseo así como con el calzado que diseño en 2009 para la marca brasileña Melissa y para Lacoste en la semana de la moda de Londres, ese mismo año es reconocida con el “Premio Imperial de Japón”.

Fue una arquitecta y mujer valiente que desafió las reglas de la construcción, ella decía que “si hay 360 grados, no hay razón para restringirse a uno solo” sus edificaciones son joyas que se hacen uno con la urbe que los rodea.

Zaha Hadid siempre será una imponente creativa que abrió paso a las nuevas generaciones de mujeres que se atreven a soñar y conquistar el mundo a través de la arquitectura y el diseño, ella nos enseño a soñar, su obra nos invita a saltar los planos y fundirnos en su arquitectura. Nos dejó un legado de 23 proyectos conceptuales, 24 obras construidas y 6 en proceso.

Querida Zaha dejaste muy temprano este mundo, pero se queda tu huella con tus perfectas obras arquitectónicas gracias por haber sido ser precisa, dedicada y contunente.