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15 julio, / Kinotecnia

2015: la odisea continúa

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La curiosidad humana tiene límites insospechados, tanto así que en algunos casos antes de hacer grandes descubrimientos, primero son imaginados y por medio del arte toman camino hacia la conciencia. Muchos hechos científicos se basan en supuestos e imaginaciones que han venido del arte.

Con el desarrollo y descubrimientos de las ciencias, la implementación de la lógica en la filosofía y la separación del pensamiento racional del mítico, los seres humanos han encontrado otro tipo de respuestas a preguntas que antes explicaban la fe, las religiones o ciertos pensamientos ancestrales.

Este tipo de ideas fueron recogidas por el arte, principalmente en la literatura, a través de la ciencia ficción, término acuñado formalmente en 1926 por el escritor Hugo Grensback, la cual es definida por Fernando Ángel Moreno como un “tipo de ficción no realista que no está basada en fenómenos sobrenaturales”, es decir, que se basa en un acontecimiento científico posible que representaría una revolución o un conocimiento nuevo y trascendental.

Previo al establecimiento del término para calificar al género hubo ya algunos autores, como en el caso de Julio Verne o H.G. Welles, y otros ya posteriores como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Phillip K. Dick. Poco después de nacer en 1895, el cine adoptó este género fantástico gracias al mago Georges Méliès en su película El viaje a la luna (1902) y posteriormente con el expresionismo alemán con películas como Metrópolis (1927), Frau im Mond (1929) ambas de Fritz Lang y en la Unión Soviética con Aelita (1924) de Yákov Protazánov.

Durante los años 50 y hasta finales de los 80, el mundo se sacudía ante la Guerra Fría. Gracias a que esta guerra no se peleó precisamente frente a enfrente entre ambos bloques, uno de los acontecimientos más trascendentales de este periodo fue la carrea por la conquista espacial, que comenzó con el lanzamiento del satélite Sputnik en el año de 1957 y continuó con la llegada del hombre a la luna cuando en 1969, Neil Armstrong pisó la superficie lunar. Este último hecho fue tan impactante en la cultura que desató una serie de rumores sobre su autenticidad. Los rumores incluían la afirmación de que Stanley Kubrick había sido el autor de un montaje televisivo sobre el descenso lunar, todo gracias a que un año antes realizó una de las películas más importantes en la historia del cine: 2001: odisea del espacio y dio vida a un nuevo cine de ciencia ficción sobre el espacio que desembocó en películas como Solaris (Tarkovsky, 1972), Alien (Scott, 1979) y Star Wars (Lucas, 1977).

En la actualidad el cine de ciencia ficción continúa llenando las salas con nuevas películas así como con secuelas, reboots y precuelas de todo tipo: de robots, de zombies (nacidos como un error científico), de viajes en el tiempo y desde luego, de viajes espaciales.

Algunas de ellas tienen argumentos más enfocados a la aventura espacial como en el caso de Guardianes de la Galaxia (Gunn 2014) o Avatar (Cameron, 2009), mientras que otras tienen premisas más profundas y han demostrado la galanura estética de este subgénero apoyado en el lenguaje cinematográfico y planteado los problemas filosóficos que representa la conquista del espacio como en los casos de Gravity (Cuarón, 2013) o Interestellar (Nolan, 2014).

En ese sentido existen aún películas que plantean las maravillosas oportunidades fílmicas que soñaba Méliès y las profundidades filosóficas de Kubrick, en un cine sobre el espacio que de alguna manera, con los avances tecnológicos y los nuevos descubrimientos científicos, adquiere tintes más realistas. Muchas de estas películas han pasado sin pena ni gloria por las salas de cine y vale la pena ponerles atención.

Es por ello que Kinotecnia Cineclub, en colaboración con el Foro Hilvana, le dedica el mes completo de julio a una serie de películas que, si bien no fueron reconocidas mundialmente como las de Cuarón y Nolan, sí presentan una reflexión contundente y una apuesta cinematográfica revitalizante como respuesta la odisea iniciada por Méliès y ampliada por Kubrick.

El ciclo llamado 2015: la odisea continúa, presenta cuatro películas que comprenden el periodo entre 2005 y 2015 y que tratan de aportar al cine de ciencia ficción sobre el espacio. Estas películas son: Sunshine (2007) de Danny Boyle, director de Transpotting, que presenta la historia de un grupo de astronautas que deben detener la muerte del sol; Moon (2009) de Duncan Jones o Zowie Bowie, el hijo del mismísmo David Bowie, que aborda la vida de un astronauta que trabaja en el lado oscuro de la luna; Europa Reports (2013) del ecuatoriano Sebastián Cordero, cuya historia nos lleva, junto a un grupo de astronautas, a una de las lunas de Júpiter y finalmente, La Guía del Viajero Intergaláctico (2005) de Garth Jennings, que si bien es una comedia de aventuras, responde como un tributo al viejo cine de ciencia ficción.

La cita es todos los martes en el Foro Hilvana ubicado en la calle de Colima #378 en la Colonia Condesa a partir de las 7:30 pm y el costo será (de cooperación sugerida) de $10 por proyección y de $30 por el abono de todo el mes. Les recordamos, además, que este es el último ciclo que tendremos en la Roma Condesa pues, junto con todo el Foro Hilvana, nos mudamos hacia el centro a inicios de agosto.

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