Hemos visto que el diseño nos hace únicos, nos distingue de los demás, es ¿por qué no decirlo? un lujo. El buen diseño es un factor determinante para que una marca se vuelva permanente y del gusto del público.

La  cultura contemporánea se encuentra en base al consumismo y esto nos lleva al deseo de poseer lo último en tecnología e innovación y esto no va a cambiar, ni va a ceder.  Se encuentra arraigado en nuestro ADN, siempre queremos más y no sólo más, queremos lo mejor, seguimos persiguiendo aquellas locuras tecnológicas que se presentaron en “Volver al Futuro 2” y menciono esta película por que en el 85 era impensable que la tecnología y el diseño nos alcanzarán de tal manera que hoy nos ha rebasado. Pero al paso que vamos, ¿qué huella estamos dejando en nuestro planeta? a sabiendas que el planeta que habitamos es finito.

Se ha escuchado mucho la frase “piensa global, actúa local” y es aquí donde el diseño puede marcar la diferencia, constantemente se están desarrollando tecnologías que produzcan materias primas que sean amigables con el medio ambiente, en esta parte central, el diseñador tiene el poder de hacer consciente a la esfera política,  financiera y social que esto es un cambio, no sólo de actitud sino de vida.

Es un cambio de raíz que permita al cliente final disfrutar de productos integralmente eco-amigables.

Buscando la universalidad, en cuanto al uso de productos sustentables para llegar a esto se necesita de diseñadores con grandes ambiciones de romper paradigmas y barreras que permitan trazar una verdadera vía de innovación en la manufactura de productos “green”. 

Que no se nos escape ningún detalle, bien lo dice Ellen Lupton pensar más y diseñar menos.

Aunque pensar y diseñar van de la mano, considero que una verdadera búsqueda nos permitirá hilvanar todas las partes que nos guíe a diseñar lo necesario, no más, no menos.

Desde siempre el diseño se encuentra en constante evolución y nuestro trabajo es integrar esta sección,  haciendo conciencia del paso que dejamos en esta tierra impactando socialmente.

 En un manifiesto del diseño ecológicamente plural que leí al inicio de mi carrera encontré que abordaba los siguientes puntos.

“En el siglo XXI todo diseñador consiente diseñará con integridad y sensibilidad productos, materiales o productos de servicios sostenibles que satisfagan las necesidades humanas sin acabar con los recursos naturales, sin causar daños a los ecosistemas y sin restringir las opciones disponibles a las generaciones futuras. Un diseñador debe ser ecológicamente plural.”

Este manifiesto nos deja una gran tarea pero que nos invita a rediseñar, a pensar a futuro, a sumar lo bello e interesante que es el diseño en todas sus facetas, nos sugiere divertirnos porque la verdad sea dicha diseñar es divertido y si de esta manera podemos dejar una huella en nuestro planeta que sea…  ¡Diseñando!