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29 marzo, / _Sandredg

Bailar como si nada existiera.

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“La vida sería mucho más fácil sí…”

Es una frase que traemos bien metida en la mente desde el momento en el que comprendemos lo que es la conciencia.

Sería más fácil si me hubiera ido por aquel camino en lugar de éste; si me hubiera quedado en aquel lugar en vez de haber seguido avanzando; si hubiera escogido el negro en vez del blanco; si no hubiera tomado tanto y, por ende, ese fatídico error no hubiese resultado; si hubiera estudiado letras en vez de alguna carrera económica administrativa; si no le hubiera hecho caso a los demás al referirse a que la música no da para vivir; si hubiera quedado muda para no decir la sarta de tonterías que salieron de mi boca aquella vez; si hubiera sabido perdonar; si hubiera logrado que me perdonaran; si hubiera hecho de tripas corazón y me hubiera tragado el orgullo con sabor a hígado de bacalao; si no me hubieras dejado esa noche, porque esa misma noche encontré el amor; si hubiera sabido tantas cosas y hubiera ignorado mi instinto, equívoco, la mayoría de las veces. La vida sería mucho más fácil si el hubiera no existiera, dicen que no existe pero para quién lo dude, pregúntele a  la gramática y ahí está muy bien cimentado.

La niña cabello de serpiente volvió a manifestarse, esta vez no fue ni en el patio, ni colgándose estrellas en el cabello en forma de ganchos para ropa. Estaba volando un papalote, de esos que venden en los cruceros: “¡pásele, pásele, haga feliz a su niño por veinte pesitos!” dice el merolico que se gasta la voz por tratar de convencer a los padres de que una bolsa de plástico y dos palillos de madera en forma de cruz, harán feliz a su infante. Muchas veces lo logran.

Yo estaba con Momo sentada en el parque, me gusta leer las partes donde participa Casiopea y busco los capítulos donde sé que participa, tenía una Bonafont de litro, unas Halls de miel y un cigarro mentolado para cuando siento que debo de respirar más profundo. Extrañamente, cuando más nublado es el panorama, lo veo más claro a través del humo de un cigarro, uno nada más.

Y hace su entrada triunfal cantando “la mano izquierda va a adelante y la derecha para atrás”, aplastando la seguridad que según yo tengo en exceso, haciéndola añicos, la niña de cinco años con su playera de manga tres cuartos color ladrillo y un pantalón de mezcilla oscuro, con un papalote en forma de ave color amarillo, empieza con las habladurías:

–          El rosa es muy para niñas, yo quise este color, ¿por qué traes una coleta?, ¿ya no te gusta tu cabello?

–          Sí me gusta, pero hoy tuve una entrevista con una persona importante y tuve qué peinarlo, lo planché pero me salí a pasear y fue lo que hice.

–          ¿Por qué estás hundida?

–          Ah, es por el pasto, está húmedo, siéntate y verás que el cuerpo se hunde.

–          ¡No has de saber!, no hablo de que estás hundida porque el pasto esté mojado, estás hundida en tu pesar y no te fijas en lo demás, egoísmo le llaman, no te digo idiota porque a esta edad lo he escuchado pero mi mamá me revienta el labio si me escucha decirlo, lo que sí puedo decirte con todo derecho es que “eres una mensa”. ¿Qué no notas a mis papás?, ¿qué no te importan?, ¿qué es lo que quieres?, ¿te gusta verlos llorar?

–          ¡Claro que no!, pero como siempre tú no entiendes, tienes cinco años, ¿qué te va a preocupar?, no tengo trabajo, no tengo rumbo, no tengo claro, no tengo nada, ¿ves?, no me hagas enojar, tú eres una niña y cuando tengas mi edad quizá lo entenderás.

–          ¿Cuándo tenga tu edad?, en serio que eres idiota, aunque mi mamá me regañe, ¡yo tengo tu edad y tú quejándote!, sólo que yo soy ese pedacito de vida que te queda para que no hagas más tonterías de las que ya has hecho. Soy algo así como tu ancla para que, a final de todo, no te tomes las cosas tan en serio o pienses antes de actuar de mala manera. No puedes ser tan hipócrita y decirle a todo el mundo que todo se pasa cuando tú no puedes ver más allá del túnel creyendo que ese sentir es para siempre. Tengo 5 años y a la vez 28, ¿habías visto tanto poderío?, y aun así siento que robas tiempo de mi niñez, luego dicen que Dios no existe. Dios está en estas cosas, o quizá sea el diablo, ya ni sé, pero son cosas necesarias que deben pasar para que entiendas que por muy “hundida” que estés, siempre habrá algo que logre sacarte. ¿Recuerdas cuando estabas ahogándote?, ¿estabas hundiéndote, no?, ¿quién te sacó?, nuestro papá. Tienes 28, puede sacarte de donde estás pero él no será para siempre, has de aprender a luchar contra el musgo que se te deshace entre los dedos, Sandra. Tengo 5 y 28, nunca me había tocado nadie tan difícil, no, nunca había sido nadie, y si sigues así, nunca seremos alguien.

–          Pero es que estoy en crisis y te digo que tú estás como si nada.

–          Crisis las económicas y todavía los países se recuperan, mensa. Cada que platico contigo me enojo y no debería, hoy no quiero tener 28, sólo tengo 5 y voy a aquella laderita para que vuele bien mi papalote. Por cierto, suéltate el cabello que esa liga está apretándote las ideas. Te veo después, puede ser cualquier día.

No pude más que quedarme callada, sentirme ridícula y avergonzada porque mi yo de 5 años había venido a ponerme en mi lugar. Sí, le llevo 23 años a la niña que siempre tiene algo qué decirme, soy muy pertinente cuando no se trata de mí, ella es muy pertinente cuando el objeto soy yo.

Son rachas, rachas malas pero nadie se queja cuando todo está bien, ¿no?, han sido días no amables y siempre espero que sean las hormonas las culpables del pesimismo que me cobija en un clima de 27 grados, nadie los solicita pero como las personas maduras que somos, hacen falta momentos malos para valorar los buenos, dicen.

La luz y la oscuridad son inherentes. La una sin la otra no funcionan, digamos que ésta es nuestra metáfora. Esperemos que no sea por mucho tiempo, mientras tanto bailemos como si los problemas estuvieran sedados con cloroformo. Sí, eso.

Dancing with the sun, dancing in the dark, dancing with your enemies and make the problems dance with you. Nada puede ser tan malo como para ser eterno, creo.

Me solté la coleta, me descalcé y le pedí disculpas por mis dramas a la tierra pisando el pasto mojado, dicen que así es cómo te puedes comunicar con ella. Además de que tu nariz se descongestiona.

You can dance, you can jive, having the time of your life, ¡dele recio que la vida es una como para no bailar en ropa interior!

 “Respira profundo, todo se pasa”

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